Los subsidios por desempleo y las prestaciones contributivas son dos beneficios por desempleo que se ofrecen en España. Ambas prestaciones están destinadas a ayudar a las personas que han perdido su empleo y no pueden conseguir uno nuevo, cubriendo parte de sus gastos mensuales. Sin embargo, cada una de ellas tiene sus propias condiciones y requisitos que hay que cumplir para poder acceder a ellas.
Para cobrar el subsidio por desempleo, es necesario haber cotizado durante un mínimo de 12 meses en los últimos 4 años. Además, hay que estar inscrito como demandante de empleo y no estar cobrando ningún otro tipo de prestación por desempleo. La cuantía del subsidio por desempleo depende de la base reguladora, que se calcula a partir de las cotizaciones realizadas durante los últimos años.
Por otro lado, la prestación contributiva es un beneficio por desempleo reservado a aquellas personas que hayan cotizado durante al menos 360 días en los últimos 5 años. Además, hay que estar inscrito como demandante de empleo y no estar cobrando ningún otro tipo de prestación por desempleo. La cuantía de la prestación contributiva se calcula de forma diferente a la del subsidio por desempleo, y depende de la edad y nivel de cotización de la persona.
En general, el subsidio por desempleo es un beneficio más fácil de obtener que la prestación contributiva, ya que se requieren menos años de cotización para acceder a él. No obstante, la prestación contributiva suele ser más generosa, por lo que es preferible optar por ella en la medida de lo posible.