Si vas a alquilar una propiedad, es probable que el propietario te pida que pongas una fianza, también conocida como depósito de seguridad. Esta es una suma de dinero que se deja como garantía de que cumplirás con tus obligaciones contractuales y devolverás la propiedad en las mismas condiciones en las que se entregó. La fianza se suele cobrar por adelantado y se devuelve al final del contrato de alquiler, una vez que se hayan realizado las correspondientes inspecciones.
La fianza puede pagarse de diversas maneras: en efectivo, mediante un cheque certificado o a través de una caución. En esta última opción, se trata de un seguro que cubre el importe de la fianza y se contrata a través de una compañía de seguros. El propietario de la propiedad debe aceptar esta modalidad de pago, y el inquilino debe cumplir una serie de requisitos para contratar el seguro.
Requisitos para contratar un seguro de caución para alquileres
Para contratar un seguro de caución, el inquilino debe reunir los siguientes requisitos:
Una vez cumplidos todos estos requisitos, el inquilino podrá contratar el seguro de caución a través de la compañía de seguros de su elección. Es importante que se asegure de que la compañía está debidamente autorizada para ofrecer este tipo de seguros.
El importe a asegurar será el equivalente al importe de la fianza, que deberá ser pagada en el momento de contratar el seguro. El plazo de vigencia del seguro será el mismo que el del contrato de alquiler, y en algunos casos podrá prorrogarse por el mismo período. En caso de que el inquilino no cumpla con sus obligaciones contractuales, el propietario podrá hacer uso del seguro para recuperar el importe de la fianza.
Contratar un seguro de caución para alquileres es una buena opción para aquellos inquilinos que no dispongan de la cantidad necesaria para pagar la fianza en efectivo. De esta forma, podrán disponer de una garantía adicional para el propietario, y no tendrán que preocuparse por recuperar el importe de la fianza al final del contrato.