Para jugar Rise of the Tomb Raider se necesita un equipo de sobremesa con Windows 7 de 64 bits, o un portátil con Windows 10 de 64 bits. En ambos casos, se requiere un procesador de doble núcleo a 2,6 GHz, 4 GB de RAM y un tarjeta gráfica de 2 GB. Como recomendación, se debe tener una CPU de quad-core y una tarjeta gráfica de 4 GB.
Para correr el juego en resolución 1080p a 60 fotogramas por segundo, se requiere una tarjeta gráfica de 6 GB y un procesador de núcleo único a 3 GHz. Para 4K, se necesita una tarjeta gráfica de 8 GB y un procesador de núcleo único a 3 GHz.
Rise of the Tomb Raider soporta DirectX 12. Se requiere un disco duro de 40 GB de espacio libre y la tarjeta de sonido compatible con DirectX. El juego viene con una tarjeta de sonido de 5.1. Para activar el juego, es necesario tener una conexión a Internet.