Una sociedad limitada es una forma de negocio en la que los socios o inversores están responsables únicamente por el monto de sus inversiones. No requiere de un capital social mínimo, y se caracteriza por ser una forma de negocio más sencilla de administrar que una sociedad anónima. Las sociedades limitadas pueden ser de un solo socio o múltiples, y requieren de un contrato social para su constitución.
En España, para constituir una sociedad limitada es necesario que los socios acuerden un contrato social, en el que se establezcan los derechos y obligaciones de cada uno. Este contrato debe ser notariado y registrado en el Registro Mercantil. Además, es necesario que la sociedad designe a un administrador, que será la persona responsable de llevar a cabo las gestiones necesarias para el correcto funcionamiento de la empresa.
Una vez constituida la sociedad, ésta deberá inscribirse en el Registro Mercantil. Para ello, se deberá presentar la escritura pública de constitución, el contrato social y la declaración de la sociedad. La inscripción en el Registro Mercantil es obligatoria para que la sociedad pueda adquirir personalidad jurídica y, por tanto, pueda contratar, ser contratada y ejercer actividades mercantiles.