Para implantar un sistema de gestión de la calidad en una empresa, se deben seguir unos pasos y cumplir unos requisitos. En primer lugar, se debe realizar un análisis de la situación actual de la empresa y detectar los problemas que se quieren solucionar con la implantación del sistema. A continuación, se debe elaborar un plan de acción para llevar a cabo la implantación, en el que se especificarán todos los pasos a seguir y las responsabilidades de cada uno. Una vez implantado el sistema, se debe realizar un seguimiento y evaluación para comprobar su correcto funcionamiento y detectar posibles mejoras.
Para que el sistema funcione correctamente, es necesario que todos los trabajadores de la empresa estén implicados y comprometidos con él. Es importante que se formen y informen adecuadamente sobre el funcionamiento del sistema y su importancia para la mejora de la calidad de los productos y servicios. Asimismo, es necesario establecer unos indicadores de seguimiento para poder medir los resultados del sistema y detectar posibles mejoras.