Para que una persona pueda beneficiarse del arraigo social, debe cumplir una serie de requisitos. En primer lugar, debe haber residido en el país de forma ininterrumpida durante un mínimo de cinco años. Además, debe tener una situación regular en cuanto a su estancia en el país y no puede estar inhabilitada judicialmente para ello. Asimismo, debe acreditar que carece de recursos económicos suficientes para afrontar el viaje de vuelta a su país de origen y que no representa una amenaza para la seguridad del Estado.
Para demostrar que se cumplen estos requisitos, se debe presentar una solicitud en la que se aporten todos los documentos necesarios. En el caso de no cumplir alguno de estos requisitos, es posible que se pueda solicitar una autorización de residencia temporal por circunstancias excepcionales.