La normalidad es un concepto subjetivo que varía según la cultura, el contexto y el momento histórico. En general, se puede decir que las personas normales son aquellas que cumplen con las expectativas y los estándares establecidos por la sociedad en la que viven.
Para ser considerada una persona normal en la mayoría de las sociedades, se espera que una persona cumpla ciertos requisitos. En primer lugar, se espera que una persona normal tenga un cuerpo y una mente que funcionen de acuerdo con lo que se considera "normal". Esto significa que las personas normales deben tener un cuerpo que no presente ninguna anomalía física y una mente que no esté afectada por ninguna enfermedad mental o trastorno del neurodesarrollo.
En segundo lugar, se espera que una persona normal se comporte de acuerdo con las convenciones sociales y las normas establecidas por la sociedad. Esto significa que las personas normales deben vestirse de acuerdo con las normas sociales, hablar de manera apropiada, comportarse de manera aceptable en público y no cometer actos considerados antisociales o criminales.
En tercer lugar, se espera que una persona normal tenga un nivel de educación y de habilidades sociales adecuados. Esto significa que las personas normales deben tener un nivel de educación que les permita obtener un trabajo y mantener un estándar de vida aceptable, así como un conjunto de habilidades sociales que les permita interactuar de manera apropiada con otras personas.
Cumplir con estos requisitos no garantiza que una persona sea considerada "normal" por todos, pero sí es necesario para ser considerado "normal" en la mayoría de las sociedades.