Para ser tutor de una persona con discapacidad, debes ser mayor de 18 años y tener una buena relación con la persona a tu cargo. También debes ser capaz de manejar el estrés y tener mucha paciencia. Además, debes ser bueno comunicándote y tener un buen sentido del humor. Es importante que seas comprensivo y que te guste ayudar a los demás. Si cumples con estos requisitos, entonces podrás ser un buen tutor para una persona con discapacidad.