Para ser registrador de la propiedad se requiere ser abogado y tener la titulación de licenciado en derecho. Es necesario superar un examen de oposición para acceder al puesto y estar en posesión de una plaza vacante. Una vez superado el examen, el candidato debe jurar o prometer ante el decano del colegio de registradores de la propiedad, seguido de un acto solemne de toma de posesión.
Para conservar el puesto, el registrador de la propiedad debe cumplir con una serie de obligaciones y deberes. Entre estos, se encuentran los de imparcialidad, independencia, secrecy, objetividad y eficacia. Asimismo, el registrador debe ser profesional y competente.
En el ejercicio de sus funciones, el registrador de la propiedad debe actuar con diligencia, buena fe y probidad. Asimismo, debe garantizar el correcto funcionamiento del Registro y velar por el cumplimiento de la Ley.
El registrador de la propiedad debe tener una especial sensibilidad ante las necesidades de los ciudadanos. Debe ser imparcial e independiente en el ejercicio de sus funciones y garantizar el correcto funcionamiento del Registro.