Para ser considerada una Pyme en España, una empresa debe cumplir con una serie de requisitos. En primer lugar, debe tener un número de trabajadores inferior a 250. En segundo lugar, su facturación anual no debe superar los 50 millones de euros. Y en tercer lugar, su patrimonio neto no debe superar los 10 millones de euros. Si una empresa cumple con estos requisitos, se considerará una Pyme y podrá acceder a una serie de ayudas y subvenciones que están disponibles para este tipo de empresas.
Ser considerada una Pyme tiene muchas ventajas. En primer lugar, se les da prioridad a la hora de contratar con el sector público. En segundo lugar, tienen acceso a una serie de financiación especialmente diseñada para ellas. Y en tercer lugar, pueden beneficiarse de una serie de desgravaciones fiscales. Todas estas ventajas hacen que las Pymes sean un elemento clave para el desarrollo económico de España.