Para ser padrino de bautizo, generalmente se requiere que la persona sea católica y que haya recibido los sacramentos de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y comunión eucaristía). También se espera que el padrino tenga una buena reputación y que sea un ejemplo de fe para el niño o la niña. Algunas parroquias tienen requisitos adicionales, como asistir a una clase de preparación o completar una entrevista.
En algunos casos, una persona que no cumple con todos los requisitos puede ser designada como padrino "de facto" o "espiritual". Esto significa que la persona no tiene los requisitos formales para ser padrino, pero se considera que es un buen ejemplo de fe y está dispuesta a apoyar al niño o la niña en su camino de fe.