Para ser cuidador no profesional, se requiere tener buena salud física y mental, así como un buen nivel de energía. También se requiere tener mucha paciencia, ser comprensivo y ser bueno escuchando. Asimismo, es importante tener un buen sentido del humor y ser creativo. Otras cualidades importantes son ser organizado, ser bueno en la planificación, y tener buenas habilidades de comunicación.