La tarjeta de larga duración es un documento de identidad que acredita la identidad y la nacionalidad del titular. Es un documento oficial que se expide por las autoridades competentes y se renueva cada diez años.
Para renovar la tarjeta de larga duración, el solicitante debe:
- ser ciudadano de la Unión Europea o de un país de la lista de países de la UE;
- tener un pasaporte o un documento de viaje válido;
- tener una fotografía tamaño carnet;
- cumplir con los requisitos médicos y de seguridad;
- no tener antecedentes penales en ninguno de los países de la UE;
- no estar en situación de reclusión, de libertad condicional o de prisión preventiva en ninguno de los países de la UE;
- no estar sometido a medidas de exclusión, de expulsión o de deportación en ninguno de los países de la UE;
- no tener antecedentes de violencia doméstica en ninguno de los países de la UE;
- no estar sometido a medidas de protección en ninguno de los países de la UE;
- no haber sido condenado por un delito en ninguno de los países de la UE;
- no haber cometido un delito en ninguno de los países de la UE;
- no estar involucrado en actividades terroristas o de extrema derecha en ninguno de los países de la UE;
- no estar involucrado en actividades ilegales en ninguno de los países de la UE;
- no haber cometido un fraude en el pasado en relación con la tarjeta de larga duración o cualquier otro documento de identidad de la UE;
- no haber cometido un fraude en el pasado en relación con el permiso de residencia o el permiso de trabajo en ninguno de los países de la UE;
- no estar en situación de alto riesgo para la seguridad de la UE;
- no estar en situación de riesgo para la seguridad nacional de ninguno de los países de la UE;
- no estar en situación de riesgo para la seguridad pública de ninguno de los países de la UE;
- no ser una amenaza para la seguridad pública de ninguno de los países de la UE;
- no ser una amenaza para la seguridad nacional de ninguno de los países de la UE;
- no ser una amenaza para la seguridad de la Unión Europea;
- no tener antecedentes de violencia doméstica en ninguno de los países de la UE;
- no tener antecedentes de violencia contra la mujer en ninguno de los países de la UE;
- no tener antecedentes de violencia contra la infancia en ninguno de los países de la UE;
- no ser una amenaza para la seguridad pública de ninguno de los países de la UE.