La cláusula suelo es una cláusula que se incluye en muchos contratos de hipoteca y que limita el interés mínimo que se pagará durante toda la vigencia del préstamo. Aunque el interés nominal suba, la cláusula suelo impedirá que el interés efectivo (lo que realmente se paga) suba por encima de un cierto porcentaje. Esto supone un perjuicio para el cliente, que termina pagando más de lo que debiera.
A raíz de un litigio que llevó a cabo el Tribunal Supremo, se estableció que las cláusulas suelo eran abusivas y, por tanto, nulas. Esto quiere decir que todos los afectados por una cláusula suelo pueden reclamar y, si lo hacen, obtendrán una devolución de lo que pagaron de más.
Para reclamar la cláusula suelo es necesario que cumplas ciertos requisitos:
Una vez que se cumplen estos requisitos, se puede proceder a reclamar. Para ello, es necesario solicitar un informe pericial en el que se determine el interés que se debió pagar en cada momento. El perito se basará en el índice IRPH (índice referencia de préstamos hipotecarios), pero también tendrá en cuenta otros factores, como el diferencial que se estableció en el contrato.
Una vez que se tiene el informe pericial, se puede solicitar la devolución de lo pagado de más a la entidad financiera. Si la entidad se niega a hacer la devolución, se puede interponer un recurso judicial.