Para presentar una querella ante los tribunales, el demandante debe cumplir ciertos requisitos. En primer lugar, debe haber sufrido un daño directo como consecuencia del presunto delito. En segundo lugar, debe existir una relación de causalidad entre el daño y el delito, es decir, que el daño se haya producido como consecuencia directa e inmediata del delito. Y en tercer lugar, debe identificar al imputado, es decir, al presunto autor del delito.
La querella debe formularse por escrito y dirigirse al Juez o Tribunal competente. En ella se debe indicar de forma clara y concisa los hechos que se consideran constitutivos de delito, así como el nombre y domicilio del querellante y el nombre y domicilio del imputado. Asimismo, se debe adjuntar toda la documentación que se considere relevante para el esclarecimiento de los hechos.
Una vez presentada la querella, el Juez o Tribunal decidirá si procede o no abrir una investigación. Si procede, se notificará al imputado para que comparezca ante el Juez o Tribunal a una audiencia de imputación. En esta audiencia, el Juez o Tribunal decidirá si abre o no un juicio.