Para ser policía judicial se requiere, en primer lugar, tener la nacionalidad mexicana. Así mismo, se debe contar con una licenciatura en ciencias policiales, derecho penal, criminología o en cualquier carrera afín. Otro de los requisitos es tener entre 25 y 40 años de edad. Así mismo, se requiere ser soltero, gozar de una buena salud física y mental, no padecer adicciones y no tener antecedentes penales.
Para ingresar a la carrera de policía judicial, se debe pasar un examen de control de confianza, el cual consiste en una serie de pruebas psicométricas, de conocimiento y entrevistas. Si se superan estas pruebas, se realiza un curso de formación de un año en la Escuela Nacional de Policía, donde se estudian temas como criminología, derecho penal, ética y valores, entre otros.
Una vez que se ha completado el curso de formación, los nuevos policías judiciales son asignados a una Unidad de Policía Judicial en alguna de las 32 entidades federativas. En esta unidad, se les asignará una plaza específica de acuerdo a su perfil y capacitación. Los policías judiciales tienen a su cargo realizar las investigaciones penales que se le asignen, así como brindar protección a las víctimas y testigos de delitos. Asimismo, se encargan de hacer arrestos y proceder a la detención de los presuntos responsables de delitos. En algunos casos, también se les puede asignar realizar tareas de inteligencia.