Los requisitos para opositar a un puesto de trabajo en un laboratorio clínico son, por lo general, los mismos que para cualquier otro trabajo en el sector de la salud. Se requiere, por lo tanto, un título universitario en Ciencias de la Salud, como puede ser la Licenciatura en Enfermería, la Licenciatura en Farmacia o la Licenciatura en Medicina. Asimismo, se debe tener una idoneidad profesional para el ejercicio de la profesión y, en algunos casos, se exige un Máster Universitario en Análisis Clínicos o en Laboratorio Clínico.
En cuanto a la idoneidad profesional, se trata de un requisito que se valora de forma subjetiva y que se evalúa a través de una prueba de aptitud que suele consistir en un test psicotécnico. En este test se evalúan aspectos relacionados con la capacidad intelectual, la personalidad o el carácter del candidato, así como su aptitud para el trabajo en equipo y su capacidad de adaptación a un entorno de trabajo en constante cambio.
Otro de los requisitos que suelen solicitarse es la disponibilidad horaria. En general, se trata de un trabajo en turnos, lo que implica que el candidato debe estar dispuesto a trabajar en horario nocturno, fines de semana o festivos. Asimismo, es importante tener en cuenta que, debido a la naturaleza del trabajo, es posible que en ocasiones se requiera trabajar en horario extendido, por lo que es necesario tener flexibilidad horaria.
En cuanto al Máster Universitario, este requisito no es obligatorio, pero sí que suele ser valorado positivamente por las empresas. De hecho, cada vez son más los laboratorios clínicos que sólo contratan a candidatos que cuenten con este título universitario.