La ley de dependencia tiene como objetivo principal proteger a las personas que no pueden valerse por sí mismas y a sus familiares cuidadoras. Para acceder a los beneficios de la ley de dependencia, es necesario acreditar un grado de dependencia física o psíquica. Se considera que una persona es dependiente cuando necesita ayuda para realizar actividades básicas de la vida diaria, como bañarse, vestirse, comer o desplazarse. Para obtener la certificación de dependencia, es necesario que el grado de dependencia sea evaluado por un equipo multidisciplinar formado por médicos, enfermeras, trabajadores sociales y psicólogos.