Para obtener la incapacidad permanente absoluta, es necesario que una persona sufra una discapacidad que le impida desempeñar cualquier tipo de trabajo y que dicha discapacidad sea de carácter definitivo. Es decir, que no exista ninguna posibilidad de que la persona pueda mejorar su estado de salud y, por lo tanto, su capacidad para trabajar.
En la actualidad, para acceder a la prestación económica por incapacidad permanente absoluta, se debe cumplir con una serie de requisitos, entre los que se encuentran:
Una vez cumplidos todos estos requisitos, el interesado deberá solicitar la prestación económica por incapacidad permanente absoluta a través del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Para ello, deberá rellenar un formulario en el que se recogen datos personales, datos sobre la discapacidad y sobre la actividad que se venía realizando hasta el momento en que se produjo la discapacidad. También se deberán adjuntar una serie de documentos, como el informe médico que acredite la discapacidad, el certificado de empadronamiento, el DNI o el pasaporte, entre otros.
Una vez presentada la solicitud, el SEPE realizará una valoración de la misma y, en función del grado de discapacidad, dictaminará si la persona tiene derecho o no a la prestación económica. En el caso de que se conceda, la prestación se abonará mensualmente y será compatible con cualquier otra renta que perciba el beneficiario.