Para poder ingresar un gato a Chile, se deben cumplir una serie de requisitos sanitarios. En primer lugar, el gato debe tener un pasaporte europeo o internacional de identidad para animales de compañía, en el que conste su nombre, raza, sexo, fecha de nacimiento, información del propietario y el número de microchip. También debe estar vacunado contra la rabia, con una vacuna que tenga una vigencia de al menos 30 días y que haya sido aplicada con un mínimo de 21 días de antelación a la fecha de salida. Se recomienda, además, que el gato esté vacunado contra otras enfermedades virales y bacterianas, como el calicivirus, la panleucopenia felina o la leucemia felina.
Para ingresar a Chile, el gato debe viajar en un transportín cerrado y asegurado, en el que pueda estar de pie y girar. Se debe presentar al animal en el mostrador de facturación de la aerolínea, acompañado de su pasaporte y de un certificado de salud, expedido por un veterinario, en el que conste que el gato está en buen estado de salud y que no padece ninguna enfermedad infecciosa o contagiosa. El certificado de salud debe tener una vigencia de no más de 10 días.
Una vez que el gato ha llegado a Chile, debe ser presentado en la Oficina de Sanidad Animal del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), donde se le realizará una revisión clínica y se le tomarán muestras para ser enviadas al laboratorio. Si todo está en orden, se le extendrá un certificado de ingreso, que deberá ser presentado en la aduana. Si el gato no cumple con todos los requisitos, deberá ser devuelto a su país de origen a cargo del propietario.