Un examen de orina se realiza para evaluar si hay signos de enfermedad en los riñones o en el tracto urinario. La orina se examina por su color, olor, densidad y presencia de cuerpos extraños, como células, cristales o pus. También se realiza un análisis químico para detectar la presencia de proteínas, glucosa, cetonas, bilirrubina, sangre oculta, nitritos o bacterias. El médico también puede ordenar una prueba especial para detectar hormonas en la orina o para evaluar la función renal.
Para realizar un examen de orina, se necesita una muestra de orina. La cantidad de orina necesaria depende del tipo de prueba que se realizará. En la mayoría de los casos, se solicita una muestra de orina de 24 horas. Para esta prueba, se recolecta toda la orina que se produce durante un día en un recipiente especial. Luego, se lleva el recipiente a la clínica o al laboratorio para su análisis.
Para algunas pruebas, se necesita una muestra de orina de primera micción del día. Esto se llama una muestra de orina de inicio. Para recolectar una muestra de orina de inicio, se debe orinar en un recipiente limpio y seco. Luego, se lleva el recipiente a la clínica o al laboratorio para su análisis.
Para otras pruebas, se necesita una muestra de orina de 2 a 3 horas después de una comida. Esto se llama una muestra de orina posprandial. Para recolectar una muestra de orina posprandial, se debe orinar en un recipiente limpio y seco. Luego, se lleva el recipiente a la clínica o al laboratorio para su análisis.