Para entrar a la mayoría de los conciertos, se requiere que tengas una entrada. Las entradas pueden adquirirse de diversas maneras, como en taquillas, a través de sitios web o aplicaciones de conciertos y, a veces, incluso en tiendas de música. En algunos casos, también se pueden canjear entradas por boletos de otro tipo, como boletos de avión o de tren. A veces, incluso se pueden canjear por productos o servicios, como hospedaje en un hotel.
Una vez que tengas tu entrada, la mayoría de los conciertos requieren que te registres antes de entrar. Para registrarte, normalmente necesitarás un documento de identidad, como una licencia de conducir o un pasaporte. A veces, también se te pedirá que muestres una prueba de edad, como una tarjeta de identificación con fotografía. Si vas a un concierto con menores de edad, a menudo se requerirá que los acompañes un adulto.
Después de registrarte y obtener tu entrada, deberás pasar a través de un control de seguridad. En la mayoría de los casos, se te pedirá que te quites el cinturón, los zapatos y la ropa de abrigo, y que deposites todos los objetos metálicos en una bandeja para que puedan ser examinados por un detector de metales. A veces, también se te pedirá que te sometas a un control de seguridad físico, como una revisión de tus bolsillos o una inspección de tus pertenencias.
Una vez que hayas pasado el control de seguridad, podrás entrar al área del concierto. En la mayoría de los casos, se te pedirá que te sientes o te pongas de pie en una zona asignada. A veces, se permiten cámaras y teléfonos celulares, pero en otras ocasiones se prohíben. Es importante familiarizarse con las reglas del concierto antes de asistir, para evitar problemas.