Un electroencefalograma (EEG) es una prueba de diagnóstico que se utiliza para evaluar la actividad eléctrica del cerebro. Se realiza mediante la colocación de electrodos sobre la superficie del cuero cabelludo, que envían señales a una máquina especializada. Un EEG es una herramienta útil para el diagnóstico de afecciones cerebrales, ya que puede detectar anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro. Sin embargo, no es una prueba perfecta y a veces puede ser normal en personas con afecciones cerebrales. Los médicos también pueden utilizar otros métodos de diagnóstico, como la RMN, para confirmar el diagnóstico.
Para realizar un EEG, el paciente se acuesta en una camilla y se colocan unos electrodos en la superficie de su cuero cabelludo. Estos electrodos detectan las señales eléctricas del cerebro y las envían a una máquina llamada electroencefalógrafo. El electroencefalógrafo registra estas señales en una forma de ondas. Estas ondas se pueden analizar para detectar anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro. El EEG suele durar entre 30 y 60 minutos.
Los electrodos del EEG son pequeños y se colocan en la superficie del cuero cabelludo con un gel conductor. El gel ayuda a que los electrodos se adhieran al cuero cabelludo y a que las señales eléctricas se transmitan de forma clara. Algunas personas pueden sentir un leve picor o escozor cuando se colocan los electrodos, pero esto es normal y suele desaparecer en pocos minutos.
Después de colocar los electrodos, el técnico de EEG realizará una serie de pruebas para evaluar la actividad eléctrica del cerebro. Estas pruebas pueden incluir:
Estas pruebas se realizan para evaluar la respuesta del cerebro a estímulos externos. Después de realizar estas pruebas, el técnico de EEG analizará las ondas registradas por el electroencefalógrafo. Si se detectan anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro, esto puede indicar una afección cerebral. Sin embargo, es importante tener en cuenta que un EEG normal no excluye la posibilidad de una afección cerebral. En algunos casos, puede ser necesario realizar un EEG de reposo y un EEG de sueño para obtener más información.
Los médicos pueden utilizar un EEG para diagnosticar afecciones como:
Un EEG también puede ser útil para evaluar el funcionamiento del cerebro después de un accidente cerebrovascular o un trauma cerebral. Los médicos también pueden utilizar EEGs para evaluar el funcionamiento del cerebro en bebés y niños pequeños con retraso en el desarrollo o problemas del neurodesarrollo.