Para hacer un testamento, se debe seguir el procedimiento legal establecido por la ley. En general, el testador debe expresar su voluntad de hacer un testamento ante un notario público. El notario debe certificar que el testador es capaz de hacer un testamento, es decir, que tiene plena capacidad para disponer de sus bienes. Además, el testador debe declarar ante el notario cuáles son sus bienes y cómo los quiere distribuir.
En algunos casos, el testamento puede hacerse por escrito y sin la presencia de un notario. Sin embargo, se debe tener en cuenta que este tipo de testamento es más vulnerable a ser impugnado. Además, el testamento por escrito debe cumplir con ciertos requisitos de forma para que tenga validez. Por ejemplo, debe estar escrito enhoja suelta y firmado por el testador. Asimismo, debe contener una declaración expresa de la voluntad del testador de hacer un testamento y de disponer de sus bienes de cierta manera.
En el caso de los testamentos ológrafos, es decir, aquellos que están escritos por el propio testador, es recomendable que sean redactados por un abogado. De esta forma, se puede estar seguro de que se cumplen todos los requisitos legales y de que el testamento tiene validez. No obstante, el testamento ológrafo también debe ser firmado por el testador y contener una declaración expresa de su voluntad.