Para iniciar un divorcio notarial, se requiere que los cónyuges sean mayores de 18 años y que hayan estado casados por lo menos un año. Además, debe haber un motivo para el divorcio, como incumplimiento de las obligaciones conyugales, infidelidad o abandono del hogar. Si los cónyuges no están de acuerdo con los términos del divorcio, se requerirá que asistan a una audiencia de conciliación. Si no pueden llegar a un acuerdo en la audiencia, el caso será llevado a juicio.
En la mayoría de los casos, el divorcio notarial es un proceso relativamente simple y rápido. No se requiere la asistencia de un abogado, y los costos son mucho menos que los de un divorcio tradicional. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el divorcio notarial no es válido en todos los estados. Algunos estados requieren que los cónyuges asistan a una audiencia de divorcio, incluso si están de acuerdo con los términos del divorcio. Otros estados no reconocen el divorcio notarial como válido.
Por lo tanto, es importante consultar con un abogado antes de iniciar el proceso de divorcio notarial. Debe asegurarse de que cumpla con los requisitos del estado en el que vive y que entienda todas las consecuencias del divorcio notarial.