Para bautizar a un niño en la iglesia católica, deben cumplirse ciertos requisitos. En primer lugar, el niño debe ser bautizado dentro de los ocho días posteriores a su nacimiento. Si el bautismo se retrasa más allá de este plazo, se requerirá una dispensación especial. En segundo lugar, al menos uno de los padres del niño debe ser católico. Si ambos padres son católicos, entonces el niño será bautizado dentro de la Iglesia Católica. Si solo uno de los padres es católico, el niño será bautizado en una iglesia católica, pero no necesariamente en la misma parroquia que el padre católico. En tercer lugar, el niño debe estar en buenas condiciones de salud, lo suficientemente buenas como para poder recibir el sacramento. Si el niño está enfermo o en peligro de muerte, se le puede administrar el sacramento del bautismo, pero esto requerirá una dispensación especial. En cuarto lugar, el niño debe tener un padrino o madrina de bautismo, que debe ser católico, adulto y confirmado. Si el niño no tiene un padrino o madrina de bautismo, se puede dispensar de este requisito, pero se requerirá una dispensación especial. En quinto lugar, el niño debe estar dispuesto a recibir el sacramento del bautismo. Si el niño es menor de siete años, se presume que está dispuesto a recibir el sacramento. Si el niño es mayor de siete años, se le pedirá que haga una profesión de fe antes de recibir el sacramento. En sexto lugar, se requerirá una dispensación especial si el niño ha sido bautizado previamente en otra religión. Si el niño ha sido bautizado en la Iglesia Católica, pero ha sido excomulgado, también se requerirá una dispensación especial. En séptimo lugar, si el niño es hijo de padres divorciados, se requerirá una dispensación especial para bautizarlo. En octavo lugar, si el niño ha sido adoptado, se requerirá una dispensación especial para bautizarlo. En último lugar, si el niño es huérfano, se requerirá una dispensación especial para bautizarlo.