Para actualizar Windows 8.1 a Windows 10, tu equipo debe cumplir con al menos el requisito mínimo del sistema de Windows 10. Si estás ejecutando Windows 8.1 en un equipo con un procesador de 32 bits, 2 GB de RAM y un disco duro de 16 GB, entonces podrás actualizar a Windows 10 sin ningún problema. Si tu equipo cumple con los requisitos mínimos, pero quieres sacar el máximo provecho de Windows 10, se recomienda que actualices a un equipo con procesador de 64 bits, 4 GB de RAM y un disco duro de 64 GB.