Para abrir una residencia de ancianos, se requieren una serie de permisos y licencias, además de cumplir con una serie de requisitos. En primer lugar, es necesario contratar personal cualificado, que esté capacitado para atender a personas mayores. Además, se debe disponer de un local adecuado, con las instalaciones y el equipamiento necesarios para atender a los residentes. También es importante contar con un seguro de responsabilidad civil, que cubra los posibles daños que puedan ocasionarse a los residentes.