Para abrir una farmacia es necesario, en primer lugar, contratar un seguro de responsabilidad civil profesional y una póliza de daños a terceros. También es necesario contratar un seguro de responsabilidad civil general para el negocio. Estos seguros deben estar vigentes durante todo el tiempo que la farmacia esté en funcionamiento.
En segundo lugar, se debe registrar la farmacia ante el Colegio de Farmacéuticos correspondiente. Para ello, es necesario presentar una solicitud, acompañada de una copia del título de farmacia y de una copia del seguro de responsabilidad civil profesional.
En tercer lugar, se debe solicitar la autorización sanitaria correspondiente a la farmacia. Para ello, se debe presentar una solicitud ante el Servicio de Salud correspondiente, acompañada de un plano de la farmacia y de una declaración responsable en la que se indique que se cumplen todos los requisitos necesarios.
Una vez que se han cumplido todos estos requisitos, la farmacia podrá abrir sus puertas al público.