Los orientadores educativos son aquellos profesionales que tienen como función principal el apoyo a los alumnos en el proceso de orientación educativa y profesional. Para ello, trabajan en estrecha colaboración con el resto del equipo educativo y el alumnado, así como con familias y entidades externas.
Para poder acceder a la oposición de orientador educativo se debe cumplir con una serie de requisitos. En primer lugar, es necesario ser titulado universitario en Psicología, Pedagogía, Magisterio o en cualquier otra carrera de nivel licenciatura o grado. Además, se debe tener un mínimo de tres años de experiencia en el ejercicio de la función de orientador educativo, aunque este requisito puede ser exigible o no en función de las convocatorias.
Otra de las condiciones que se suelen establecer es la de no haber sido separado mediante expediente disciplinario del servicio de cualquiera de las Administraciones Públicas o de las entidades de derecho público vinculadas o dependientes de las mismas. Asimismo, se suele requerir que el aspirante no haya sido condenado por sentencia firme en virtud de delitos cometidos en el ejercicio de su profesión.
En cuanto al proceso de selección, éste consta de una serie de pruebas de carácter eliminatorio y otros méritos. En concreto, las pruebas eliminatorias suelen ser: una prueba de conocimientos sobre la legislación vigente en materia de orientación educativa y profesional; una prueba de competencias en comunicación y relaciones interpersonales; y una prueba de aptitud física.
En cuanto a los méritos, éstos pueden ser: la experiencia en el ámbito de la orientación educativa y profesional; la capacitación en orientación educativa y/o profesional; el conocimiento de lenguas extranjeras; y la titulación en determinadas especialidades (por ejemplo, en Psicología, Pedagogía o Magisterio).