Los requisitos no funcionales de una tecnología son aquellos que no afectan directamente a su funcionalidad, sino a su calidad o a su capacidad para satisfacer las necesidades de los usuarios. Algunos ejemplos de requisitos no funcionales son el rendimiento, la fiabilidad, la seguridad, la escalabilidad y la portabilidad.
Los requisitos no funcionales son esenciales para el éxito de una tecnología, ya que una tecnología que no es fiable o segura no será utilizada por nadie. De la misma forma, una tecnología que no es escalable o portable no será adoptada a largo plazo.
Por lo tanto, es importante que los desarrolladores de tecnología comprendan bien los requisitos no funcionales y diseñen sus productos y servicios en consecuencia. En muchos casos, los requisitos no funcionales son más importantes que los funcionales, ya que son los que determinan la calidad de una tecnología.