La Ley de Segunda Oportunidad, aprobada en 2015, tiene como objetivo facilitar el acceso a la reestructuración de deudas a aquellas personas físicas (no empresas) que se encuentren en una situación de insolvencia y no dispongan de los medios suficientes para hacer frente a sus obligaciones.
Para poder acceder a los beneficios de la Ley de Segunda Oportunidad, es necesario que el solicitante cumpla una serie de requisitos:
Una vez que se cumplen estos requisitos, el solicitante deberá seguir unos pasos para acceder a la reestructuración de deudas:
Una vez que se haya declarado el concurso de acreedores, se abrirá un periodo de exclusión de créditos de un año, durante el cual los acreedores no podrán ejecutar las deudas contraídas por el deudor. Durante este periodo, el deudor deberá presentar un plan de pagos aceptado por la mayoría de acreedores que le permita hacer frente a sus deudas en un plazo máximo de cinco años.
Si el plan de pagos es aceptado, se abrirá un periodo de gracia de dos años en el que el deudor no podrá ser embargado ni ejecutado por sus acreedores. Una vez que finalice este periodo, el deudor deberá hacer frente a sus deudas conforme al plan de pagos aprobado.