Para jubilarse a los 62 años es necesario haber cotizado 35 años, de los cuales al menos 5 deben haber sido cotizados después de los 50 años de edad. Además, los últimos 12 meses de cotización deben ser ininterrumpidos.
La pensión de jubilación se calcula en función de la base reguladora, que es el promedio de las cotizaciones realizadas durante los últimos 25 años. Para obtener la base reguladora, se tienen en cuenta las cotizaciones realizadas a partir de los 20 años de edad, y se descartan las cotizaciones más bajas y las más altas, quedándose con las cotizaciones del 10%.
La pensión de jubilación se incrementa en función de los años de cotización, de tal forma que por cada año de cotización se añade un 1,25%. Así, si la base reguladora es de 1.000 euros, la pensión será de 1.000 euros más el 1,25% de 1.000 euros por cada año de cotización.
Para aquellas personas que no cumplen los requisitos para jubilarse a los 62 años, la edad de jubilación será de 65 años.