El Ingreso Mínimo Vital (IMV) es una prestación que tiene como objetivo garantizar un ingreso mínimo a las personas que no dispongan de ninguna renta o cuyas rentas sean insuficientes. Se trata de una prestación no contributiva, es decir, que no requiere de cotizaciones previas ni de ningún tipo de requisito para acceder a ella. El IMV está dirigido a las personas en situación de pobreza o riesgo de pobreza en base a una unidad de convivencia.
A diferencia de otras prestaciones, el IMV no está condicionado a cotizar, a tener un empleo o a estar en paro, sino que se trata de una prestación universal a la que pueden acceder todas aquellas personas que cumplan los requisitos establecidos. No obstante, para poder acceder al IMV es necesario solicitarlo y acreditar la situación de pobreza o riesgo de pobreza en la que se encuentra la unidad de convivencia.
Para solicitar el Ingreso Mínimo Vital es necesario acudir a la oficina de prestaciones más cercana o bien solicitarlo a través de la página web de la Seguridad Social. En el momento de la solicitud se deberá acreditar la situación de pobreza o riesgo de pobreza mediante un informe del Servicio de Evaluación de Riesgos de Pobreza.
Una vez solicitado el IMV se deberá esperar a que la Seguridad Social se ponga en contacto para informar sobre la concesión o denegación de la prestación. En caso de concederse el IMV se deberá acreditar la renta per cápita de la unidad de convivencia mediante un informe del Servicio de Evaluación de Riesgos de Pobreza. El importe del IMV se abonará en la cuenta corriente que se indique en la solicitud.