La incapacidad permanente es una situación en la que una persona se ve imposibilitada de realizar su actividad habitual por una patología que le impide hacer frente a las tareas del día a día. En estos casos, la cotización a la Seguridad Social se realiza de forma especial y, en algunos casos, permite acceder a una pensión por incapacidad permanente.
Para acceder a esta pensión, es necesario que la persona haya cotizado durante un mínimo de 5 años y cumpla con una serie de requisitos, entre los que se encuentran:
En algunos casos, la persona puede seguir cotizando aunque esté en posesión del certificado médico. Esto será posible si se cumple alguna de las siguientes condiciones: