Una hipoteca puente es un tipo de financiamiento que se utiliza para comprar una propiedad antes de que la propiedad actual haya sido vendida. Se puede usar para comprar una nueva casa antes de vender la casa actual, lo que permite que el propietario evite tener que alquilar una propiedad temporalmente. También se puede usar para comprar una segunda propiedad, como una casa de vacaciones, antes de vender la primera. Las hipotecas puente suelen ser de plazo relativamente corto, generalmente de uno a tres años, y tienen tasas de interés más altas que las hipotecas a largo plazo.
Para calificar para una hipoteca puente, normalmente se requiere una buena historia crediticia y un ingreso estable. Algunos prestamistas también exigirán que se haya hecho una oferta vinculante en la nueva propiedad. Si se está utilizando la hipoteca para comprar una segunda propiedad, se requerirá que haya una garantía de que la primera propiedad se venderá en un plazo de tiempo razonable. Por lo general, se exigirá que se haga una oferta vinculante en la propiedad y que se pague una prima por la hipoteca.
Las hipotecas puente suelen ser más caras que las hipotecas a largo plazo, ya que el prestamista está asumiendo un mayor riesgo. Debido a que el plazo de la hipoteca es generalmente más corto, el prestamista tiene menos tiempo para recuperar su inversión en el caso de que la propiedad no se venda. Las tasas de interés de las hipotecas puente suelen ser uno o dos puntos porcentuales más altas que las tasas de las hipotecas a largo plazo. También se pueden cobrar puntos de origen, lo que significa que el prestamista cobrará una tarifa por financiar el préstamo.
Las hipotecas puente pueden ser una opción útil para los compradores que necesitan cierto tiempo para vender su propiedad actual. Si se sabe que la propiedad se va a vender en un plazo de uno a tres años, una hipoteca puente puede ser una forma de evitar tener que alquilar una propiedad temporalmente. Sin embargo, debido a que las tasas de interés son más altas, las hipotecas puente deben ser reembolsadas lo antes posible. Si la propiedad no se vende en el plazo previsto, el propietario puede tener que refinanciar la hipoteca a una tasa más alta o pagar una penalización por pagarla antes de tiempo.