La Guardia Suiza es un cuerpo de seguridad de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Su misión es proteger al Papa y a los edificios vaticanos. Los miembros de la Guardia Suiza son todos solteros, católicos y de nacionalidad suiza. Deben tener entre 19 y 30 años, estar en buena forma física y tener una buena educación. No pueden tener antecedentes penales ni enfermedades mentales o físicas. Deben hablar italiano y, si no lo hablan, deben estar dispuestos a aprenderlo. Algunos de los miembros de la Guardia Suiza también sirven como policías vaticanos.
La Guardia Suiza se formó en 1506 por el Papa Juicio II. En aquel tiempo, era un cuerpo de mercenarios suizos que se ofrecían a servir como guardias papales. En 1870, el Papa Pío IX transformó la Guardia Suiza en una fuerza de seguridad regular. Hoy en día, la Guardia Suiza es un cuerpo de seguridad de élite que sirve al Papa y a los edificios vaticanos. Los miembros de la Guardia Suiza juran fidelidad al Papa y están dispuestos a dar su vida por él. Su lema es "¡El Papa, sí; el mundo, no!"