Los requisitos funcionales son aquellos que especifican lo que debe hacer un sistema. Se centran en la funcionalidad del sistema y no en su implementación. Los requisitos funcionales deben ser lo suficientemente detallados como para que se pueda determinar si el sistema cumple con ellos, pero no deben ser tan detallados como para especificar cómo se implementará el sistema.
Los requisitos funcionales deben ser escritos por los usuarios del sistema y por los analistas del sistema. Los usuarios del sistema son aquellos que interactuarán con el sistema una vez que esté en funcionamiento, mientras que los analistas del sistema son aquellos que trabajan para el cliente o la organización para la que se está desarrollando el sistema.
Los requisitos funcionales deben ser aprobados por el cliente o la organización para la que se está desarrollando el sistema. Esto asegurará que el sistema cumpla con las necesidades de los usuarios y que se hayan considerado todos los aspectos del sistema.
Una vez que se hayan recopilado todos los requisitos funcionales, se deben analizar y documentar. Esto se puede hacer mediante el uso de un diagrama de flujo o un modelo de casos de uso. Los diagramas de flujo especifican el orden en que se realizarán las tareas, mientras que los modelos de casos de uso especifican qué se puede hacer con el sistema.
Los requisitos funcionales deben ser mantenidos y actualizados a medida que cambien las necesidades del sistema. Si los requisitos cambian, es posible que se deba modificar el diseño del sistema. Por lo tanto, es importante que los requisitos se revisen y actualicen periódicamente para asegurarse de que el sistema sigue siendo útil para los usuarios.