La familia monoparental es aquella formada por un progenitor y sus hijos. En ocasiones, el otro progenitor fallece o está ausente por otros motivos. Las familias monoparentales se han convertido en una realidad cada vez más común en nuestro país, debido a la separación de los padres o a la muerte de uno de ellos. Según el último informe de la Fundación BBVA, en el año 2015, un 13,6% de las familias españolas eran monoparentales. Esto supone un total de 2,5 millones de familias en todo el territorio nacional.
Pese a las dificultades a las que se enfrentan, las familias monoparentales son capaces de superar todos los obstáculos y sacar adelante a sus hijos. No obstante, requieren de cierta ayuda y apoyo por parte de las instituciones, ya que afrontan retos a los que no se enfrentan las familias tradicionales.
En primer lugar, las familias monoparentales requieren de una mayor ayuda económica. Debido a que solo cuentan con un salario, tienen menos capacidad de ahorro y, por tanto, menos posibilidades de hacer frente a imprevistos. En segundo lugar, las familias monoparentales tienen menos tiempo para ocuparse de sus hijos. Debido a que el progenitor tiene que trabajar para sacar adelante a la familia, suele haber una carencia afectiva que puede afectar negativamente al desarrollo de los niños.
Por último, las familias monoparentales requieren de un mayor apoyo a la hora de educar a sus hijos. Debido a que el progenitor tiene que ocuparse de todas las tareas del hogar, suele haber una falta de disciplina que puede afectar negativamente al desarrollo de los niños.
A pesar de todos estos retos, las familias monoparentales son capaces de superar todos los obstáculos y sacar adelante a sus hijos. Para ello, necesitan el apoyo y la ayuda de las instituciones.