La Ley de Dependencia es una ley estatal que regula las prestaciones económicas y los servicios a las personas en situación de dependencia. En concreto, esta ley tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las personas dependientes, así como facilitar su inserción en la vida social y laboral.
Para acceder a las prestaciones económicas reguladas por esta ley, es necesario cumplir ciertos requisitos económicos. En concreto, se debe tener una renta mensual bruta inferior a 1.200 euros, no tener derecho a otras prestaciones públicas o beneficios fiscales por tener una renta inferior a este importe y no tener un patrimonio total superior a 100.000 euros.
Además, para acceder a las prestaciones económicas de la Ley de Dependencia, es necesario que la persona dependiente sea mayor de 65 años o tenga un grado de discapacidad igual o superior al 33%.