Para convertirte en detective privado, es necesario reunir ciertos requisitos. En primer lugar, es necesario tener un título universitario en ciencias policiales o criminología, o bien haber completado una carrera técnica en investigación criminal. Es necesario tener una licencia de detective privado otorgada por el estado en el que se desempeñará la actividad. También se requiere experiencia previa como detective o en otro campo de la investigación criminal. Algunos estados requieren que los detectives privados se inscríban en el Registro Nacional de Detectives Privados, que lleva un control de los antecedentes penales de los detectives y de las quejas presentadas en contra de ellos.
Los detectives privados deben ser capaces de realizar un seguimiento discreto de las personas, tomar fotografías y videos, y recopilar otras pruebas visuales. También deben ser expertos en el uso de computadoras e internet, ya que mucha de su investigación se realiza en línea. Los detectives privados deben ser buenos comunicadores, tanto escritos como verbales, y deben ser capaces de redactar informes detallados de sus hallazgos. Deben tener buenas habilidades de observación y ser capaces de percibir detalles que otros pueden pasar por alto. Los detectives privados deben ser buenos en el manejo de las personas y en el establecimiento de la confianza, ya que muchas veces deben obtener información de fuentes que no están dispuestas a proporcionarla.
Algunos detectives privados se especializan en un área de la investigación, como la búsqueda de personas, la investigación de fraude o la investigación de seguros. Otros se especializan en un tipo de caso, como los divorcios, las custodias de los hijos o los casos de acoso. Los detectives privados generalmente trabajan en una oficina, aunque pueden pasar mucho tiempo fuera de ella realizando investigaciones. Muchos trabajan por cuenta propia, mientras que otros trabajan para agencias de investigación privada o para abogados.