Un acto jurídico es una declaración de voluntad destinada a producir efectos jurídicos, que requiere de determinados requisitos para su validez. En general, se considera que un acto es válido si se ajusta a la normativa vigente y ha sido celebrado de conformidad con las formas prescritas por la ley.
La validez del acto jurídico es un requisito esencial para que surtan efectos. En consecuencia, si un acto carece de validez, no producirá efectos jurídicos. Los efectos de un acto jurídico son aquellos resultados o consecuencias que se derivan de su existencia y que son previstos o no por las partes.
Por lo tanto, un acto jurídico es válido cuando reúne todos los requisitos necesarios para producir sus efectos. Estos requisitos pueden ser de índole objetiva o subjetiva. Los requisitos objetivos del acto jurídico son aquellos que se derivan de la propia naturaleza del acto y que, por lo tanto, deben reunirse para que el acto pueda considerarse válido. En cambio, los requisitos subjetivos son aquellos que hacen referencia a las condiciones personales de quienes lo celebran y que, por lo tanto, no deben reunirse necesariamente para que el acto pueda considerarse válido.
En consecuencia, un acto jurídico es válido cuando reúne todos los requisitos necesarios para producir sus efectos. Estos requisitos pueden ser de índole objetiva o subjetiva. Los requisitos objetivos del acto jurídico son aquellos que se derivan de la propia naturaleza del acto y que, por lo tanto, deben reunirse para que el acto pueda considerarse válido. En cambio, los requisitos subjetivos son aquellos que hacen referencia a las condiciones personales de quienes lo celebran y que, por lo tanto, no deben reunirse necesariamente para que el acto pueda considerarse válido.