Los contratos son acuerdos vinculantes entre dos o más partes, por lo que es importante que sean válidos. Para que un contrato sea válido, debe cumplir ciertos requisitos. En primer lugar, debe haber un oferente y un aceptante. El oferente es la persona que está dispuesta a hacer una oferta, mientras que el aceptante es la persona que está dispuesta a aceptar la oferta. En segundo lugar, el oferente y el aceptante deben estar de acuerdo en los términos del contrato. Esto significa que deben estar de acuerdo en lo que se ofrece y lo que se recibe a cambio. En tercer lugar, el oferente y el aceptante deben estar de acuerdo en las condiciones del contrato. Esto significa que deben estar de acuerdo en cuándo se realizará el contrato y en qué condiciones se considerará que el contrato ha sido cumplido. Finalmente, el oferente y el aceptante deben estar de acuerdo en las consecuencias del contrato. Esto significa que deben estar de acuerdo en qué sucederá si el contrato no se cumple. Si todos estos requisitos se cumplen, el contrato es válido.