Una sentencia es una oración que tiene una función específica en la estructura del discurso. En general, se trata de oraciones que transmiten información y, por lo tanto, se les exige que cumplan ciertos requisitos para que sean efectivas.
En primer lugar, una sentencia debe ser lo suficientemente larga como para contener una idea completa. De lo contrario, el oyente o lector no podrá comprender el mensaje. En segundo lugar, la sentencia debe estar correctamente construida gramaticalmente. De lo contrario, el mensaje puede no ser comprensible o puede ser interpretado de manera errónea. Y, en tercer lugar, la sentencia debe ser lo suficientemente clara y concisa para que el oyente o lector pueda comprender el mensaje sin confusiones.
Si bien no hay una longitud específica que se deba alcanzar para que una oración sea considerada una sentencia, es importante tener en cuenta que cuanto más larga sea la oración, más difícil será para el oyente o lector seguir el hilo del discurso. Por lo tanto, es importante ser conciso y elegir las palabras correctas para comunicar el mensaje de manera efectiva.