Una sentencia es una decisión judicial que pone fin a un proceso. En la sentencia, el tribunal fija la responsabilidad de una persona por un delito y, en su caso, dicta la pena que debe cumplir.
Para que la sentencia tenga validez, debe reunir unos requisitos formales y materiales. Los requisitos formales son aquellos que se refieren a la forma en que se ha de dictar la sentencia y que se recogen en el Código Penal y en el Código de Procedimiento Penal.
En cuanto a los requisitos materiales, éstos se refieren al contenido de la decisión y deben cumplirse para que la sentencia pueda ejecutarse. Así, la sentencia debe identificar al acusado, es decir, señalar su nombre y apellidos, nacionalidad y domicilio. También debe indicar el delito por el que se le condena y especificar la pena que debe cumplir.
La sentencia debe ser motivada, es decir, el tribunal debe explicar las razones por las que ha condenado o absuelto al acusado. Y, finalmente, debe ser notificada al acusado y a su abogado para que tengan conocimiento de ella y puedan ejercitar, en su caso, los recursos que establece la ley.