La querella es una demanda judicial que se interpone para hacer valer un derecho o una pretensión. En Chile, el artículo 123 del Código Orgánico de Tribunales (COT) señala que toda persona natural o jurídica puede presentar una querella, siempre y cuando cumpla con los requisitos establecidos en la ley.
Para interponer una querella es necesario acreditar la personalidad y el interés por hacerlo. En cuanto a la personalidad, se debe acreditar que se es parte legítima en el proceso, es decir, que se tienen los derechos o intereses legítimos que se pretenden hacer valer en el proceso. En cuanto al interés, se debe acreditar que la querella es la vía idónea para hacer valer los derechos o intereses legítimos.
Una vez que se ha acreditado la personalidad y el interés, se debe identificar al imputado y señalar los hechos que configuran el delito, es decir, se debe hacer una descripción detallada de los hechos que se consideran delictivos y que se atribuyen al imputado. Asimismo, se debe indicar la relación entre los hechos y el delito que se pretende perseguir.
La querella debe presentarse ante el tribunal competente para conocer del delito cometido. En Chile, la competencia territorial se rige por el lugar en que se cometió el delito. En cuanto a la competencia funcional, esta se rige por el delito cometido. Por ejemplo, si el delito es de naturaleza violenta, la querella será competencia de los tribunales de juicio oral en lo penal.
Una vez que se presenta la querella, el tribunal admite o rechaza la misma. Si la querella es admitida, se fija una audiencia preliminar a la que asisten el querellante y el imputado. En esta audiencia, el tribunal decide si procede o no a la apertura de juicio oral. Si la querella es rechazada, se puede presentar un recurso de apelación ante el tribunal de alzada.