Los requisitos de idoneidad pueden variar según el tipo de puesto al que se opte, pero en general se refieren a la capacidad física, mental y psicológica del candidato para desempeñar el trabajo. Asimismo, se consideran requisitos de idoneidad aquellos aspectos que, aunque no sean indispensables para el correcto ejercicio de la función, son necesarios para el desarrollo de la misma.
En muchos casos, los requisitos de idoneidad se especifican en el pliego de condiciones del concurso o del proceso de selección, de manera que los candidatos puedan verificar si cumplen con ellos. No obstante, en ocasiones, los requisitos de idoneidad no se especifican de forma explícita y el candidato debe inferirlos a partir del conocimiento del puesto.
Por lo general, los requisitos de idoneidad se dividen en requisitos mínimos y requisitos deseables. Los requisitos mínimos son aquellos que el candidato debe cumplir obligatoriamente para poder optar al puesto, mientras que los requisitos deseables son aquellos que, aunque no son indispensables, son valorados positivamente por el organismo o empresa que convoca el concurso o el proceso de selección.
Los requisitos de idoneidad pueden ser de carácter objetivo o subjetivo. Los requisitos objetivos son aquellos que se pueden verificar de manera objetiva, es decir, de forma clara y sin ambigüedades. Por ejemplo, un requisito objetivo podría ser que el candidato tenga una determinada titulación académica. En cambio, un requisito subjetivo es aquel que no puede verificarse de manera objetiva y suele basarse en el criterio del organismo o empresa que convoca el concurso o el proceso de selección. Por ejemplo, un requisito subjetivo podría ser que el candidato tenga una actitud positiva.