Los requisitos de calidad se refieren a las características necesarias para que un producto o servicio cumpla con los objetivos previstos. En otras palabras, los requisitos de calidad se relacionan con el propósito para el cual se creó el producto o servicio. Los requisitos de calidad pueden ser internos o externos. Los requisitos internos se derivan del propósito para el cual se creó el producto o servicio. Por ejemplo, si se trata de una aplicación web, los requisitos internos podrían incluir cosas como la seguridad, la escalabilidad y la fiabilidad. Los requisitos externos, por otro lado, provienen de las expectativas y necesidades de los clientes. Por ejemplo, un cliente podría esperar que la aplicación web sea fácil de usar y esté disponible las 24 horas del día. En general, los requisitos de calidad se pueden dividir en dos categorías: funcionales y no funcionales. Los requisitos funcionales se relacionan con las características del producto o servicio que cumplen una función específica. Los requisitos no funcionales, por otro lado, se refieren a características del producto o servicio que no cumplen una función específica, pero que son necesarias para el correcto funcionamiento del producto o servicio. Algunos ejemplos de requisitos no funcionales incluyen la seguridad, el rendimiento y la fiabilidad.