requisitos creditos hipotecarios

Los requisitos creditos hipotecarios son un conjunto de características que debe cumplir una persona para poder optar a un préstamo hipotecario. Estos requisitos suelen ser similares en la mayoría de los bancos, aunque pueden variar en algunos aspectos. En general, se pueden dividir en tres grandes grupos: requisitos de solvencia, requisitos de capacidad de pago y requisitos de garantía. Veamos cada uno de ellos con más detalle.

Los requisitos de solvencia se refieren a la capacidad de la persona de hacer frente al pago del préstamo. En concreto, los bancos suelen exigir que la persona tenga unos ingresos mínimos, que no esté en RAI o ASNEF y que no tenga deudas pendientes de pago. Otro requisito que suele exigirse es que la persona no tenga ningún embargo en su nómina o en su cuenta bancaria.

Los requisitos de capacidad de pago se refieren a la capacidad de la persona de hacer frente al pago del préstamo de forma regular. En concreto, los bancos suelen exigir que la persona tenga unos ingresos mensuales suficientes para hacer frente al pago de la cuota del préstamo, sin que esto suponga un esfuerzo para ella. Otro requisito que suele exigirse es que la persona tenga un contrato de trabajo indefinido o, al menos, un contrato por un tiempo suficientemente largo para que el banco esté seguro de que podrá hacer frente al pago del préstamo.

Por último, los requisitos de garantía se refieren a la capacidad de la persona de hacer frente al pago del préstamo en caso de que no pueda hacerlo. En concreto, los bancos suelen exigir que la persona tenga una hipoteca sobre un inmueble o un aval de una tercera persona. Otro requisito que suele exigirse es que la persona tenga un seguro de vida que cubra el importe del préstamo en caso de que fallezca.

En resumen, los requisitos creditos hipotecarios son:

  • Ingresos mínimos
  • No estar en RAI o ASNEF
  • No tener deudas pendientes de pago
  • No tener embargos en la nómina o en la cuenta bancaria
  • Tener un contrato de trabajo indefinido o un contrato por un tiempo suficientemente largo
  • Tener una hipoteca sobre un inmueble o un aval de una tercera persona
  • Tener un seguro de vida que cubra el importe del préstamo en caso de fallecimiento

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