Los requisitos para ser comprador de vivienda protegida de segunda mano son similares a los de la vivienda nueva, con la diferencia de que, al no ser el primer propietario, no se requiere que la renta sea igual o inferior al 35% de los ingresos familiares. No obstante, debe cumplir los requisitos establecidos por la ley, como ser mayor de edad, no tener otra vivienda a su nombre y que la vivienda que se va a adquirir sea la única residencia habitual y permanente de la unidad familiar. Otro de los requisitos a tener en cuenta es que la vivienda debe estar en una zona donde se permita la venta de viviendas protegidas.
Por lo general, las viviendas de protección oficial de segunda mano se encuentran en mejores condiciones que las de primera mano, ya que los propietarios anteriores han podido realizar mejoras y reformas. No obstante, es importante que el comprador se haga una idea de las condiciones reales de la vivienda y, si es necesario, contrate a un técnico para que le haga un informe. Una vez que se haya hecho una inspección de la vivienda y se hayan comprobado las condiciones, el comprador deberá presentar una solicitud de compra ante la administración de la vivienda.
La administración de la vivienda protegida de segunda mano será la encargada de valorar la solicitud del comprador y, en función de la documentación aportada y de las condiciones de la vivienda, autorizará o no la venta. Si la solicitud es aprobada, se procederá a la firma del contrato de compraventa y, una vez que se haya hecho efectivo el pago, se entregará la vivienda al nuevo propietario.